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La tradición añade que si los ciervos emergen a la luz, se convierten en un líquido pestilente que puede asolar el país.

Esta imaginación es china y la registra el libro Chinese ghouls and goblins (Londres, 1928) de G. Willoughby-Meade.

CROCOTAS Y LEUCRQCOTAS

CTESIAS, médico de Artajerjes Mnemón, se valió de fuentes persas para urdir una descripción de la India, obra de valor inestimable para saber cómo los persas del tiempo de Artajerjes Mnemón se imaginaban la India. El capítulo treinta y dos de ese repertorio ofrece una noticia del lobo-perro; Plinio (VIII, 30) dio a ese hipotético animal el nombre de crocota y declaró que no había nada que no pudiera partir con los dientes y acto continuo digerir.

Más precisa que la crocota es la leucocrocota, en la que ciertos comentadores han visto un reflejo del gnu, y otros de la hiena, y otros, una fusión de los dos. Es rapidísima y del tamaño del asno silvestre. Tiene patas de ciervo, cuello, cola y pecho de león, cabeza de tejón, pezuñas partidas, boca hasta las orejas y un hueso continuo en lugar de dientes. Habíta en Etiopía (donde asimismo hay toros salvajes, armados de cuernos movibles) y es fama que remeda con dulzura la voz humana.

CRONOS O HÉRCULES

EL TRATADO Dudas y soluciones sobre los primeros principios del neoplatónico Damascio registra uná curiosa versión de la teogonía y cosmogonía de Orfeo, en la que Cronos -o Hércules- es un monstruo: