Al cabo de unos siglos, esta derivación se perdió. Myrmex, en griego, vale por hormiga; de las palabras enigmáticas "El león-hormiga perece por falta de presa" salió una fantasía que los bestiarios medie-vales multiplicaron:
El fisiólogo trata del león-hormiga; el padre tiene forma de león, la madre de hormiga; el padre se alimenta de carne, y la madre de hierbas. Y éstos engendran el león-hormiga, que es mezcla de los dos y que se parece a los dos, porque la parte delantera es de león, la trasera de hormiga. Así conformado, no puede comer carne, como el padre, ni hierbas, como la madre; por consiguiente, muere.
LOS MONÓCULOS
ANTES de ser nombre de un instrumento, la palabra monóculo se aplicó a quienes tenían un solo ojo. Así, en un soneto redactado a principios del siglo xvii, Góngora pudo hablar del
Monóculo galán de Galatea.
Se refería, claro está, a Polifemo, de quien antes dijo en la Fábula:
Estos versos exageran y debilitan a otros del tercer
libro de la Eneida (alabados por Quintiliano) que a
su vez exageran y debilitan a otros del noveno libro
de la Odisea. Esta declinación literaria corresponde a una declinación de la fe poética; Virgilio quiere impresionar con su Polifemo, pero apenas cree en él, y Góngora sólo cree en lo verbal o en los artificios verbales.