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No te gusta esa idea, ¿verdad? Preferiría obtener respuestas.

¿Qué ocurriría si todas las preguntas fueran contestadas? ¿Serías feliz entonces?

Me resulta difícil imaginar tal… estado. Un porcentaje muy reducido de mis preguntas tiene respuesta.

Pero eso es magnífico, ¿no te parece?

No. No sería científico estar de acuerdo con eso.

¿Es que tú sólo concibes la ciencia como respuestas? Como sistema para generar respuestas.

¿Y cuál es el propósito de eso?

…Saber.

¿Y qué harás con ese conocimiento?

…Averiguar más cosas.

¿Pero por que?

No lo sé. Es mi manera de ser.

¿No deberían algunas de tus preguntas ir encaminadas en esa dirección, a averiguar por qué eres así?

No creo que haya respuestas satisfactorias a preguntas sobre la naturaleza humana. Es mejor imaginarla como una caja negra. No se puede aplicar el método científico. Al menos, no lo suficiente como para confiar en las respuestas.

En psicología creemos haber identificado científicamente una patología en la que la persona que la padece, necesita saberlo todo porque tiene miedo al conocimiento. El nombre de monocausotaxofilia, como la llamo Poppel, el temor a causas simples que lo explican todo. Esto puede llegar a ser temor a la ausencia de razones, y puede ser peligrosa. La búsqueda del conocimiento se convierte al principio en defensiva, que es una manera de negar el miedo cuando uno está interesado, y cuando se agrava, deja de ser incluso una búsqueda del conocimiento, porque cuando se consiguen las respuestas, éstas dejan de tener interés. La realidad en si no interesa a esas personas.

Todo el mundo trata de evitar el peligro. Pero las motivaciones son siempre múltiples. Y distintas de una acción a otra, de un momento a otro. Algún patrón de conducta es simplemente… especulación del observador.

La psicología es una ciencia en la que el observador se implica profundamente con el sujeto de la observación.

Ésa es una de las razones por las que no la considero una ciencia.

Es sin duda una ciencia. Uno de sus principios es: si quieres saber más, ama más. El astrónomo ama las estrellas. De otro modo, ¿por qué las estudiaría?

Porque son un misterio.

¿Que cosas te importan? Me importa la verdad.

La verdad no es un buen amante. Yo no busco amor.

¿Estás seguro?

No más seguro que cualquiera que piense en… motivaciones.

¿Reconoces, pues, que tenemos motivaciones? Sí. Pero la ciencia no puede explicar todo. Entonces forman parte de tu gran incógnita. Si.

Y por eso ni concentras tu atención en otras cosas. Sí.

Pero las motivaciones siguen existiendo. Oh, sí.

¿Qué leías cuando eras adolescente? De todo.

¿Cuáles eran algunos de tus libros favoritos?

Sherlock Holmes. Otras novelas policíacas. La máquina pensante. Doctor Thorndyke.

¿Te castigaban tus padres cuando te enfadabas? Creo que no.

¿Los viste alguna vez enfadados? No lo recuerdo.

¿Los viste gritar o llorar alguna vez?

Nunca los oí gritar. Mi madre lloraba alguna vez, creo.

¿Sabías por qué? No.

¿Te preguntabas por qué?

No lo recuerdo. ¿Importaría si lo hubiese tenido?

¿Qué quieres decir?

Quiero decir si hubiese tenido alguna clase de pasado. Podía haberme convertido en cualquier clase de persona. Dependía de mi reacción ante… los sucesos. Y si hubiese tenido otro pasado, podrían haberse dado las mismas variaciones. De modo que mi línea de investigación es inútil, porque no tiene rigor explicativo. Es una imitación del método científico.

Considero tu concepción de la ciencia tan pobre y reduccionista como tus actividades científicas. En esencia dices que no estudiarías la mente humana de una manera científica, porque es demasiado compleja, eso no es muy audaz de tu parte. El universo fuera de nosotros también es complejo, pero tú no aconsejas evitarlo. Pero sí evitas el universo interior.

¿Por qué?

No puedes aislar factores, no puedes repetir condiciones, no puedes establecer experimentos con controles, no puedes proponer hipótesis falsificables. Todo el aparato científico es inalcanzable a uno mismo.

Piensa por un momento en los primeros científicos.

¿Los griegos?

Antes de ellos. Lo prehistoria no fue una sucesión de estaciones informe y atemporal, ¿sabes? Tenemos tendencia a pensar en aquellas gentes como si se pareciesen a nuestras mentes inconscientes, pero no eran así. Durante al menos cien mil años hemos sido tan intelectuales como lo somos ahora. Probablemente durante medio millón de años. Y cada edad ha tenido sus grandes científicos, que han trabajado en el contexto de sus tiempos, igual que nosotros. Para los primeros científicos, nada tenía explicación; la naturaleza, era un todo tan compleja y misteriosa como lo es ahora nuestra mente para nosotros, pero ¿que podían hacer? Tenían que empezar de algún modo, ¿no? Eso es lo que tienes que recordar. Y se tardaron miles de años en aprender sobre las plantas, los animales, el uso del fuego, rocas, hachas, arcos y flechas, refugios, ropa… Después la alfarería, la agricultura y la metalurgia. Todo muy lentamente, con mucho esfuerzo. Y todo transmitido de boca en boca, de un científico al siguiente. Y sin duda la gente tenia demasiado complejo para estar seguros de nada. ¿Por qué intentarlo? Galileo dijo:

«Los antiguos tenían buenas razones para colocar a los científicos entre los dioses, en vista de que las mentes comunes tenían tan poca curiosidad. Los pequeños indicios que fueron el origen de los primeros inventos no pertenecían a un espíritu trivial, sino a un espíritu sobrehumano». ¡Sobrehumano! Quizá, simplemente, la mejor parte de nosotros mismos, las mentes inquisitivas de cada generación. Los científicos. Y a lo largo de los milenios hemos unido las piezas formando un modelo del mundo, un paradigma bastante preciso y poderoso.

¿Pero no hemos intentado con el mismo empeño durante todos esos años, y con escaso resultado, entendernos a nosotros mismos?

Digamos que sí. Quiza nos tomará mucho tiempo. Pero mira, también en eso hemos progresado un poco. Y no recientemente. Mediante la observación, los griegos descubrieron los cuatro temperamentos y no ha sido hasta hace poco que hemos aprendido lo suficiente sobre el cerebro para explicar cuál es la base neurológica de ese fenómeno.

¿Crees en los cuatro temperamentos?

Oh, desde luego. Son confirmables por experimentación, como tantas otras cosas acerca de la mente humana. Quizá no todo se reduce a la física, quizá nunca será cuestión de física. Puede ser, sencillamente, que somos más complejos e impredecibles que el universo.

Eso parece muy poco probable. Al fin y al cabo, estamos hechos de átomos.

¡Pero animados! ¡Impelidos por la fuerza verde, llenos de espíritu, la gran incógnita!