Выбрать главу

El faro de la Gran Isabel lució indeficiente sobre el perdido tesoro de la mina de Santo Tomé. En la azulina claridad de una noche sin estrellas, el foco enviaba un haz amarillo hacia los lejanos confines del horizonte. Linda, acurrucada en la galería exterior, apoyada su cabeza en la baranda, semejaba una mancha negra de los transparentes cristales. La luna que descendía en occidente la bañó en su radiante luz.

Abajo, al pie del acantilado, cesó el chapoteo regular de los remos que empujaban una barca; y el doctor Monygham se puso de pie junto a las escotas de popa.

– ¡Linda! -gritó, echando atrás la cabeza- ¡Linda!

La joven se levantó. Había reconocido la voz.

– ¿Ha muerto? -preguntó, inclinándose.

– Si, pobre hija. Voy a dar la vuelta hacia el desembarcadero-respondió el doctor desde abajo-. Arribad a la playa -ordenó a los remeros.

La negra figura de Linda se destacó erguida a la luz de la linterna, con los brazos en alto, como en ademán de arrojarse desde la plataforma del faro.

– Yo soy la que te amaba -musitó con el rostro duro y blanco como el mármol a la luz de la luna-. ¡Yo! ¡Sólo yo! Ella te olvidará después de haber muerto miserablemente por su linda cara. No puedo comprenderlo. No lo comprendo. Pero yo no te olvidaré. ¡Jamás!

Quedóse un momento silenciosa e inmóvil, recogiendo sus fuerzas para condensar toda su fidelidad, su dolor, su trastorno y su desesperación en un solo grito:

– ¡Nunca! ¡Gian Battista!

El doctor Monygham, que contorneaba el borde de la isla en la barca de la policía, oyó pasar el nombre por encima de su cabeza. Aquel era otro de los triunfos de Nostromo, el mayor, el más envidiable, el más siniestro de todos. Con aquel sincero grito de amor inmortal, que parecía resonar desde Punta Mala hasta Azuera, y alcanzar la remota y brillante línea del horizonte, donde pendía una gran nube blanca, brillante como una masa de plata sólida, el genio del magnífico capataz de cargadores proclamó su dominio sobre el oscuro golfo, que contenía sus conquistas de riquezas y amor.