– ¿Para quién la construiste? Dices que nunca te vas a casar. ¿Para qué necesitas una casa tan grande?
– ¿Por qué no me lo dices tú? Parece que tienes todas las respuestas.
Louie se balanceó sobre los talones-. Querías pasársela por las narices a Henry.
Estaba lo suficientemente cerca de la verdad para que Nick no lo negara-. Eso no es nada nuevo.
– Y a ella, también.
– Estás lleno de mierda – se mofó-. Ni siquiera vivía aquí.
– Lo hace ahora, y vas a echar a perder tu vida por una pija de mierda.
Nick apuntó hacia la puerta principal-. Vete antes de que realmente me cabree.
Louie se adelantó, deteniéndose a un metro-. ¿Me vas a echar, hermanito?
– ¿Tengo que hacerlo?- Nick era más alto, pero Louie era como un toro. Y no era sólo que Nick no quisiera pelearse con su hermano, sino que sabía que Louie era como una apisonadora. Se sintió aliviado cuando Louie negó con la cabeza y salió.
– Si vas a tener sexo con ella, hazlo ya-. suspiró Louie mientras cogía su chaqueta de detrás de una butaca de cuero-. Hazlo antes de que líes a más contratistas en Silver Creek. Hazlo antes de que pidamos más préstamos y me hagas perder más tiempo.
– No te preocupes por nada de eso, – Nick reconfortó a su hermano que se encaminaba a la puerta principal-. No me voy a acercar a Delaney y tengo el presentimiento de que me evitará por mucho tiempo.
– ¿Entonces qué pasó hoy en la peluquería?
Nick abrió la puerta de pesada madera-. Nada. Cambié sus cerraduras. Eso es todo.
– Lo dudo-. Louie se encogió de hombros y bajó las escaleras-. Llama a mamá – dijo-. Cuanto antes, mejor.
Nick sacudió la cabeza y regresó al salón. No estaba de humor para llamar a su madre. No quería oír su discurso acerca de Delaney. Cogió la cerveza y salió a través de una puertaventana a la terraza. El vapor se elevaba desde el jacuzzi octagonal, y le dio al interruptor de las burbujas. Su hombro derecho le dolía por el trabajo que había hecho en Garden. Se desnudó y las burbujas se abatieron sobre sus brazos y pecho en cuanto entró en el agua caliente y espumeante. De las ventanas de la casa surgían parches rectangulares de luz pero no llegaban hasta la esquina de la terraza.
Louie había estado en lo cierto en algunas cosas y totalmente equivocado en otras. Nick originalmente había construido su casa como un gesto tipo “corte de mangas” hacia Henry. Pero antes de que tuviera la construcción a medias, había perdido el interés de probarle nada a nadie. Hasta que volvió Delaney, realmente no había planeado volver a verla. Su hermano estaba lejos de acertar con esa teoría. Había estado cerca de la verdad sin embargo con la suposición de la bicicleta. Originalmente Nick no había tenido la intención de empujar la bicicleta hasta la casa de Henry, pero entonces había visto la cara de ella cuando vio la rueda. La había mirado como si estuviera a punto de estallar en lágrimas y se había sentido tan culpable, que la había ayudado. Incluso le había dado un Tootsie Roll y ella le había dado un chicle. De menta.
Louie había estado en lo cierto con respecto a lo otro, aunque lo llamaba un fuerte interés en vez de estar colgado por ella. Pero en contra de la opinión de su hermano, no iba a tener sexo con Delany. Podía no controlar la reacción de su cuerpo, pero sin ninguna duda podía controlar lo que haría o no haría al respecto.
La gente decía muchas cosas sobre él. Algunas eran ciertas. Otras no. En la mayoría de los casos no le importaba. Pero a Delaney si. La afectarían mucho los rumores.
Nick tomó un sorbo de su cerveza y miró el reflejo de las estrellas en el agua negra del lago.
No quería hacerle daño. No quería lastimarla. Era hora de que se mantuviera lejos de Delaney Shaw.
Del interior de la casa llegó el sonido del teléfono, y se preguntó cuánto tiempo le llevaría a su madre darse por vencida con las llamadas telefónicas. Sabía que querría hablar sobre los rumores como si tuviera algún tipo de derecho en su vida por ser su madre. No fisgoneaba constantemente en la vida de Louie como en la de Nick. Louie lo llamaba amor. Tal vez fuera eso, pero cuando Nick era niño, algunas veces le había agobiado tanto que no podía respirar.
Nick colocó su cerveza al lado de la bañera y se hundió más en el agua caliente. A su madre no le gustaba conducir después de anochecer así es que creía que estaba seguro por esa noche. La llamaría por la mañana y terminaría con eso.
Gwen se puso el teléfono en la oreja por quinta vez en la última hora-. Delaney obviamente ha descolgado el teléfono.
Llegó al borde de una gruesa alfombra Aubusson y se detuvo. Él tomó el aparato de su mano y lo colgó-. Entonces obviamente tiene sus razones-. Frotó los hombros de Gwen y presionó sus pulgares en la base de su cabeza-. Estás demasiado tensa.
Gwen suspiró e inclinó la cabeza hacia un lado. Su suave cabello rubio rozó sus nudillos, y el olor a rosas llenó su nariz-. Es el último rumor sobre ella y Nick, -dijo-. Quiere arrastrar a la ruina a mi hija.
– Sabrá manejar a Nick.
– No lo entiendes. Siempre la ha odiado.
Max recordó el día que Nick había ido a su oficina. El hombre había estado enojado, pero Max no había tenido la impresión de que Nick tuviera algún tipo de animosidad hacia Delaney-. Tu hija es mayorcita. Puede cuidarse-. Deslizó sus manos hacia su cintura y la apretó contra su pecho. Parecía que cuando estaban juntos siempre pasaba lo mismo. Gwen se quejaba de Delaney y él quería tocarla como un amante. Quería más que un poco desde la muerte de Henry y había encontrado placer en su cama en varias ocasiones. Era bella y tenía muchísimo que ofrecer a un hombre. Pero le cansaba como se metía en la vida de su hija.
– ¿Cómo? ¿Creando un escándalo?
– Si esa es su elección. Has cumplido con tu parte. La has criado. Déjala ir o la podrías perder otra vez.
Gwen se giró y Max vio miedo en sus ojos-. Tengo miedo de que se vaya. Siempre pensé que se mantenía alejada por Henry, pero ahora no estoy segura. Hace unos años cuando fui a visitarla, cuando vivía en Denver, me dijo que siempre me ponía del lado de Henry. Piensa que nunca salí en su defensa. Lo hice, pero porque Henry tenía razón. Necesitaba sacar buenas notas para ir a la universidad y no quedarse atrapada en el pueblo-. Gwen hizo una pausa y aspiró profundamente-. Delaney es testaruda y guarda rencor por mucho tiempo. Sólo sé que se irá en junio y que nunca regresará.
– Tal vez.
– No puede irse. Henry podía haber hecho que se quedara más tiempo.
Max dejó caer sus manos a los costados-. Quería, pero le dije que un juez podría anular el testamento si Henry estipulaba un tiempo más largo.
Gwen se movió a la chimenea. Se agarró a la repisa de ladrillo y contempló a Max a través del espejo delante de ella-. Debería haber hecho algo.
Henry había hecho todo lo que podía para controlar la vida de su gente desde la tumba. Y se había quedado justo en el límite en el cual un tribunal tomaría medidas. Pero todo era sumamente desagradable para el gusto de Max, y le molestaba que Gwen estuviera de acuerdo con las estipulaciones de su marido muerto.
– Delaney necesita quedarse aquí. Necesita crecer.
Max miró el reflejo de Gwen; Sus bellos ojos azules y la rosada boca voluptuosa, la blanca piel perfecta y el pelo como caramelo. El deseo inflamó su ingle. Tal vez necesitaba en su vida alguna otra cosa en la que pensar. Caminó hacia ella, decidido a darle alguna otra cosa.
Nick no tuvo la oportunidad de telefonear a su madre a la mañana siguiente. Llamó a su timbre a las siete de la mañana.
Benita Allegrezza dejó su bolso en el mostrador blanco de mármol y miró a su hijo. Nick obviamente pensó que la podría evitar, pero era su madre. Lo había parido, lo cual le daba derecho a sacarlo a la fuerza de la cama. Sin importar que tuviera treinta y tres años y ya no viviera con ella.