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– También tú.

Ella se detuvo a mirarlo.

– ¿Tú crees?

– Absolutamente.

Simone se conmovió totalmente con su cumplido. Siguieron caminando, con sus brazos entrelazados, bromeando y jugando hasta que llegaron a su apartamento.

– Entonces, ¿qué sucedió con tus padres adoptivos?

Ella inspiró profundamente por la tristeza que le provocó la pregunta. -Murieron en un accidente de coche durante mi primer año de facultad.

– Lo siento mucho.

– Está bien. Pasó hace mucho tiempo, pero me dejó cicatrices profundas. No podía quitarme la idea de que estaba condenada a perder a todas las personas que amara. -Ella sacudió la cabeza. -Hubo un tiempo, en que me levantaba a mitad de la noche para asegurarme de que Jesse aún estaba conmigo.

Xypher respiró hondo. Y ahora, él también iba a abandonarla…

No, jamás podría decirle que la amaba. Sería cruel.

Simone abrió la puerta de su apartamento, y se detuvo al ver que alguien se desplomaba al final del pequeño pasillo. Apresurándose hacia la persona, se sorprendió al encontrarse con Kyle Peltier. Tenía una terrible herida en su estómago. La sangre le salía a borbotones.

Temblando, alargó la mano hacia Xypher y lo cogió por la camisa.

– Los gallus están atacando a Kerryna en su apartamento. Ayúdala. ¡Por favor!

Xypher se enderezó de un salto.

– Llévalo al Santuario.

Simone tragó saliva.

– ¿Qué hay de tí?

– Tengo que unirme a una pelea. Jesse, ve con Simone y asegúrate de que nada le pase. Si me necesita, búscame inmediatamente.

CAPÍTULO 16

Xypher fue corriendo hacia el apartamento de Kerryna. Desde fuera era idéntico al de Simone, excepto que este tenía un pequeño espejo que se balanceaba desde el llamado, un espejo que estaba diseñado para mantener alejados a los gallu.

Si tan sólo surtiese efecto.

Corrió a la puerta y probó el pomo.

Éste giró.

Abriendo la puerta, listo para la batalla, se sorprendió de encontrar el lugar completamente vacío. Entró lentamente en la casa, esperando una emboscada. Con nada excepto silencio murmurando en sus oídos, fue de habitación en habitación buscando a la Dimme.

O su cuerpo.

No había latidos en el lugar. Pero allí donde mirara veía los restos de la batalla. El mobiliario estaba destrozado, las rinconeras estaban sobre el suelo. Era obvio que Kerryna y Kyle habían presentado una tremenda lucha.

Pero la cuestión era, ¿Por qué habría ido ella allí sin Xedrix?

– ¡Maldición! -Jadeó él. Debían habérsela llevado con ellos cuando se marcharon.

Xypher se apresuró en regresar para encontrar a Simone esforzándose por meter a un inconsciente Kyle en el coche. Él cogió al cachorro de sus brazos y lo alzó en los suyos antes de desvanecerlos al Santuario.

Carson se puso en pie frunciendo profundamente el ceño cuando vio al sangrante cuerpo de Kyle.

– ¿Qué sucedió?

– Ha sido atacado -Xypher condujo a Kyle a la habitación donde Carson lo había tendido a él cuando había estado herido.

– Gracias por traerle aquí.

– De nada. Ahora si me disculpas, tengo algunas malas noticias que entregar.

Xypher se volvió a Simone.

– ¿Qué malas noticias? -Preguntó ella.

– Creo que ellos cogieron a Kerryna.

Su cara palideció, Simone trastabilló por el shock.

– ¿Los gallu? ¿Por qué?

– Para usarla, estoy seguro.

– ¿Lo sabe Xedrix?

Xypher volvió a mirar hacia el sangrante cuerpo de Kyle.

– Tengo una ligera suposición de que no lo sabe. Creo que Kyle debe haber estado echando un vistazo a su negocio. Tenemos que ir a su bar y contarle a Xedrix que ha sucedido.

Ella no podía estar más de acuerdo.

– De acuerdo. Vamos con esa cosa de desvanecerse… sin náuseas esta vez. Esperemos.

– Un segundo- él miró a Jesse-. Tú también. Gloria, sujétate a él así no nos separaremos.

Lo siguiente que supo Simone era que estaban en el club, el cual estaba abarrotado con estudiantes de instituto y locales. Todos ellos permanecían detrás del almacén donde Xedrix los había traído originalmente.

Una banda estaba tocando alta y oscura música.

Xypher cogió su mano y la condujo hacia la pista de baile. En la muchedumbre, era imposible distinguir a los Carontes de los humanos. La única manera en que podía notar la diferencia era por su sentido de demonio advirtiéndola sobre ellos siempre que se movían cerca de alguno.

– ¿Dónde esta Xedrix? -Preguntó Xypher a un alto y moreno demonio que estaba sirviendo bebidas.

– Está en el bar.

Xypher se abrió paso hacia el área que estaba marcada con tubos de neón y signos pintados a mano sobre el espejo con el logo del club, los dientes de un vampiro con tres gotas de sangre cayendo de sus labios.

Xedrix se sentaba en uno de los taburetes, observando el público y bebiendo absinthe [15]. Se tensó en el momento en que los vio aproximarse.

– ¿Qué pasa?

Simone decidió que ella tenía el deber de ser el heraldo; como Xypher había advertido anteriormente, desde que ella era hembra Xedrix estaba menos dispuesto a lastimarla.

– Es Kerryna. Encontramos a Kyle Peltier herido. Dijo que los gallu la habían cogido.

El vaso en la mano de Xedrix estalló mientras sus ojos brillaban en un terrorífico rojo.

– ¿Qué quieres decir con que la han cogido? -Agarró a uno de los demonios que estaba pasando y lo lanzó sobre la barra.

Los humanos a su alrededor cogieron rápidamente sus bebidas y se apartaron.

– ¿Dónde está Kerryna? -Exigió Xedrix.

El Caronte palideció.

– La última vez que la vi dijo que no se sentía bien. Se dirigió escaleras arriba a la oficina para tumbarse. Dijo que no te lo dijera. No quería que te preocuparas. Comentó que volvería antes de que la echases en falta.

El humo salió de las ventanas nasales de Xedrix en una aterradora muestra de furia.

– ¿Por qué la dejaste sola?

– Estaba enferma así que subió con el oso. Yo sólo hice lo que tu Katika me dijo que hiciera.

Xypher frunció el ceño.

– ¿Cómo puede estar enferma?

Xedrix se volvió a él con un feroz gruñido.

– Ella no está enferma. Está embarazada de mi simi.

Simone jadeó. Eso era malo.

Xedrix apartó de golpe el taburete, pero antes de que pudiera hacer nada, Xypher lo agarró del brazo.

– Llévame contigo a Kalosis.

Xedriz bufó ante él.

– ¿Estás loco? ¿Tienes alguna idea de lo que haría Stryker si te mostraras allí?

– No me importa.

Xedrix inclinó la cabeza a modo de pregunta.

– ¿Tu venganza significa tanto para ti?

Xypher capturó la mirada de Simone antes de responder.

– Mi venganza ya no significa nada para mí. Envíame allí y te traeré a Kerryna.

Xedrix dio un paso atrás.

– ¿Qué estás diciendo?

Xypher hizo una pausa mientras pensaba cuidadosamente en cuánto quería decirles a ellos. No era sólo el traer a Kerryna de regreso, era sobre la protección de Simone. Ella significaba más para él de los que había significado nada.

Incluso su venganza.

– Entiendo por qué no te quedarías con Kerryna en Kalosis. Protege a Simone y sacaré a Kerryna de allí para ti. Lo juro.

El demonio curvó sus labios.

– Stryker nunca te lo permitirá. Te matará en el instante en que te muestres. Los gallu quieren utilizarla, no la entregarán sin pelear.

– Stryker es medio humano y medio dios. Sus poderes no pueden compararse con los míos.

La sonrisa burlona de Xedrix se extendió.

– Tú eres medio dios Griego… ¿Tienes alguna idea de lo que te haría Apollymi en el minuto en que esa esencia cruzara su nariz? No podrás dar un paso antes de que ella te empale. Yo soy el único quien tiene una oportunidad allí. Por lo dioses, que voy a aprovecharla.

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[15] Licor hecho a base de hierbas (anis, melisa, etc)