Los chinos creen que nuestro cuerpos, como nuestras casas, pueden alojar buen chi y buena suerte. Nuestro chi está en un constante cambio: algunas veces es bueno – algunas otras no lo está. Cuando nuestra suerte no está de nuestro lado, existen un número de métodos para corregirla. Nuestro chi funciona frecuentemente como el sistema autoinmune. Cuando nuestro chi está debilitado, estamos más expuestos a absorber los factores negativos externos – mala suerte, mal fen-shui y mal chi – que puede que vengan en nuestra dirección. Inclusive, podemos atraer la mala fortuna. Cuando nuestro chi está equilibrado y fuerte, somos mucho más resistentes a fuerzas negativas y destructivas, así que podemos coexistir con ellas más fácilmente, y ellas tendrán poco o nada de impacto sobre nuestras vidas.
Una cantidad de curas para el fortalecimiento del chi usan colores. La mayoría de veces se usa el rojo, simbolizando la felicidad, longevidad.
[1] George Rowley, Principios de la Pintura
China (Princeton, N.J.: Princeton Universtiy
Press, 1959) p.46