Wittgenstein discute, en su obra Philosophical Investigation, la posibilidad de un lenguaje que sólo pueda ser entendido por un individuo, y por él oído, y que se refiera a acontecimientos mentales interiores y, por lo tanto, ocultos o secretos para los demás. Si ese lenguaje existe, Wittgenstein piensa que es intraducible debido a que el lenguaje es un hecho social cuya formación y comprobación -y aun corrección- depende, no de la falible memoria individual, sino de la memoria colectiva, que es la condición precisa para que el lenguaje sea propiamente tal, sea comunicable y, por lo tanto, traducible [26]. Sin llevar las cosas tan lejos, hay que advertir que el lenguaje de el Libro del desasosiego es, en ocasiones, un idiolecto que tiende a lo secreto, a lo incomunicable, y que, debido a ello, bordea, también en ocasiones, la intraducibilidad. El individualismo de Bernardo Soares, su retraimiento ante los demás, su falta de solidaridad con ellos, y sobre todo su dolor individual -factor, este del dolor, al que Wittgenstein atribuye gran importancia como causa de los lenguajes secretos- [27], inclinan a Pessoa a crear un lenguaje casi privado, un lenguaje «in isolation» que tiene, según el autor recién citado, algo del juego de los solitarios [28]; y Pessoa se refiere precisamente a este libro como a un juego de solitarios.
Una dificultad menor de la traducción del Libro del desasosiego consiste en decidirse por una de las variantes que, en muchas ocasiones, se encuentran en los fragmentos y que han sido escrupulosamente consignadas en la edición original. Cuando he adoptado alguna de las que figuran en nota a pie de página, he indicado, en mis notas a la traducción, cuál es la palabra -o palabras- del texto a la que ha sustituido la variante por mí adoptada, y he hecho seguir, entre paréntesis, su traducción.