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Otras octavas dan el estupor y el prodigio del caballo que vuela. Ésta es famosa:

E vede l'oste e tutta la famiglia, E chi a finestre e chi four ne la via, Tener levati al ciel occhi e le ciglia, Come l'Ecclisse o la Cometa sia. Vede la Donna tun'alta rnaraviglia, Che di leggier cred ida non saria: Vede passar sn gran destriero alato, Che porta in aria un cavalliero armato [8].

Astolfo, en uno de los cantos finales, desensilla el hipogrifo y lo suelta.

ICTIOCENTAUROS

LICOFRONTE, Claudiano y el gramático bizantino Juan Tzetzes han mencionado alguna vez los ictiocentauros; otra referencia a ellos no hay en los textos clásicos. Podemos traducir ictiocentatauros por centauro-peces; la palabra se aplicó a seres que los mitólogos han llamado también centauro-tritones. Su representación abunda en la escultura romana y he. lenística. De la cintura arriba son hombres, de la cintura abajo son peces, y tienen patas delanteras de caballo o de león. Su lugar está en el cortejo de las divinidades marinas, junto a los hipocampos.

EL KAMI

SEGÚN un pasaje de Séneca, Tales de Mileto enseñó que la tierra flota en el agua, como una embarcación, y que el agua, agitada por las tormentas, causa los terremotos. Otro sistema sismológico nos proponen los historiadores, o mitólogos, japoneses del siglo VIII.

En una página famosa se lee:

Bajo la Tierra -de llanuras juncosas- yacía un Karni (un ser sobrenatural) que tenía la forma de un barbo y que, al moverse, hacía que temblaxa la tierra hasta que el Magno Dios de la Isla de Ciervos hundió la hoja de su espada en la tierra y le atravesó la cabeza. Cuando el Kami se agita, el Magno Dios se apoya en la empuñadura y el Kami vuelve a la quietud.

(El pomo de la espada, labrado en piedra, sobresale del suelo a unos pocos pasos del templo de Kashima. Seis días y seis noches cayó en el siglo XVII un señor feudal, sin dar con el fin de la hoja.)

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[8] Y vio al huésped y a toda la familia, / Y a otros en las ventanas y en las calles, / Que elevaban al cielo los ojos y las cejas, / Como si hubiera un eclipse o un corneta. / Vio la mujer una alta maravilla, / Que no sería fácil de creer: / Vio pasar un

gran corcel alado, / Que llevaba por los aires a un caballero

armado.